Cuentan los guarayos más antiguos, que el trueno se produjo de una mujer maligna, que tenía la macabra costumbre de comerse a los cazadores que por casualidad llegaban hasta su choza, perdida en lo más profundo de la misteriosa selva.
GWÄIPAYE, asi le llamaban en el idioma guarayo a esta mujer, que quiere decir “come gente”. Esta era una vieja con aspecto de bruja de pelo blanco y largo aparentemente inofensiva pero de costumbres repugnantes, vivía acompañada de su nieto.
La cacería era y sigue siendo nomás la principal fuente de sustento del guarayo. Muy temprano sale de su casa armado de su vieja escopeta y machete, se coloca el jasayé en la espalda y se interna en la selva acompañado de su perro, generalmente flaco, porque sólo come las menudencias que su amo le da cuando puede cazar y lo mantiene hambriento para que cace con más empeño. Juntos buscan en la selva algún jochi, taitetú, anta, tatú o cualquier otro animal que hay en variedad y abundancia.
Cuentan los abuelos que por aquel tiempo comenzó a suceder algo muy extraño e inquietante, de vez en cuando, algún hombre que salía a cazar nunca más volvía. Y esto se fue repitiendo con frecuencia. Se perdieron muchos cazadores. La gente creía que se los devoraba el tigre. Pero nadie fue en busca de ellos porque estaban muy asustados.
Cierto dia, muy temprano, don Berbenuto Cherejón tomó su vieja escopeta y su machete, se puso el jasayé en la espalda y salió en busca de algo qué cazar. Se fue solito porque su “tigrero” lo había matado un tejón la semana pasada.
Caminó mucho durante casi todo el dia cazando tan sólo un “jochi calucha”. De pronto divisó un guaso, con tan mala suerte que el bicho logró olfatearlo emprendiendo veloz huida. Don Berbenuto se lanzó frenético tras el guaso internándose en el monte alto sin poder volver a ver la preciada presa.
Cuando quiso regresar se dio cuenta que se encontraba perdido. Comenzó a caminar y caminar buscando como orientarse. Súbitamente, se topó con un claro en la selva y grande fue su sorpresa al descubrir al medio una choza. Con cierto temor se fue acercando lentamente, alli estaba hilando una vieja de pelo largo y blanco acompañada de un niño.
Don Berbenuto se acercó más hasta llegar a la choza, pues, tenía la intención de pasar la noche alli. Por fin se anima y llega, saluda a la viejita, ella lo recibe con mucha amabilidad y le invita chicha en un mate grande. Además le ofrece una hamaca para que pase la noche pues ya era tarde. Don Berbenuto queda intrigado y se pregunta cómo puede vivir aquella viejita en media selva. En su alma comienza a sospechar algo malo. ¿No será una trampa?- se pregunta. Pero no se atreve a preguntarle nada a la anciana.
El niño que vivía con ella se sentia preocupado, sabia lo que le pasaria al cazador Era como las seis de la tarde, don Berbenuto queriendo fumar se acercó al fuego para encender un cigarro, de pronto le cae unas gotas de sangre y grasa desde arriba donde habia una chapapa. Muy inquieto por este hecho, pregunta disimuladamente al niño qué había en esa chapapa, el niño contesta muy despacio.
-Cuidate y no duermas mucho porque, ahora en la noche, mi abuelita te matará
La vieja vio que el niño hablaba con el cazador y le preguntó:
-¿Qué les has dicho a ese hombre?
– Nada, abuelita- respondió el niño.
– Ah, bueno pues, cuidadingo con lo que dices.
La mujer templó una bonita hamaca para que descanse don Berbenuto, pero el hombre ya estaba muy preocupado y comenzó a vigilar lo que sucedería. Después de unos instantes, el cazador se acuesta y comienza a meditar una trampa
La Huaipaye se sentó a hilar. Después de unas dos horas preguntó:
-¿Ya te has dormido, hijo?
Todavía, no respondía el cazador
Así, a cada momento, le preguntaba lo mismo. La Huaipaye se cansó de recibir la misma respuesta y se quedó dormida donde estaba hilando. Esa oportunidad habia estado esperando el cazador, se levantó silenciosamente, toma un tacú que estaba en la habitación y lo coloca en la hamaca en vez de él. Luego sale sigilosamente de la choza y esperó vigilante lo que sucedería. Al cabo de un buen rato, se levanta la bruja pensando que ya estaría profundamente dormido el visitante y le pregunta nuevamente:
-¿Ya te has dormido, hijo?
Como no le contestó ni una palabra, tomó la manija del tacú que ya la tenia lista para asesinar al cazador. Con mucho cuidado se va acercando lentamente hacia la hamaca y calculando la cabeza del hombre, con toda su fuerza da un tremendo golpe al tacú pensando que era el cazador. Inmediatamente lanzó un grito de dolor y rabia pues la manija rebotó en sus manos con gran fuerza, luego exclamo: – Ayayaiii….c…
¿Cómo ha podido suceder esto?
Al contemplar esta horrible escena, don Berbenuto pasó el resto de la noche en plena selva. Al día siguiente, como pudo, llegó hasta el pueblo y contó al Cacique lo sucedido, descubriéndose de este modo lo que les pasó a los cazadores que jamás volvieron. Al día siguiente, se organizó una partida de gente encabezada por el Cacique para ir a matar a la maligna mujer. La bruja ya sabía lo que le iba suceder por esto se encerró en su choza y no quiso salir.
La gente enardecida, y con justa razón, comenzó a quemar la choza, cuando todo parecía terminado, del centro de la hoguera se levantó un humo negro que subió hasta los cielos y seguidamente se escuchó una fortísima y horrible explosión, la gente asustadísima se alejó rápidamente de ese lugar para nunca más volver. Según los ancianos guarayos, esa explosión fue la cabeza de GWÄIPAYE y que su cerebro subió hasta los cielos transformándose en TRUENO y el pobre niño se había convertido en RELÁMPAGO.
Los ancianos prohíben repetir el nombre de la bruja porque, según ellos, ella puede escucharlos y volver para destruir el mundo. También cuentan que la Huaipaye tenía su propia leña con la que asaba a sus víctimas llamada TATAYIBAI, en castellano sería la MORA. Los abuelos prohiben a sus hijos quemar esta madera mucho menos utilizarla para las viviendas ya que es muy peligrosa porque cuando llueve y truena, atrae el rayo.
Esta es, queridos amigos, la extraña leyenda guaraya que nos explica el origen del trueno. ¿Será verdad? O tú sabes el verdadero origen del trueno y el relámpago?.