La creación del mundo y del hombre la concibieron de la siguiente manera:
En un principio reinaba una profunda quietud sobre una inmensidad de agua. De ésta sobresalía una cañuela donde se cobijaba (Izoramoi) un gusano. Este gusano por su propia voluntad se convierte en hombre llamado Mbiracucha.
Mbiracucha crea la tierra. De pronto aparecen tres hombres más de origen desconocido. Uno de ellos reclama a Mbiracucha por qué se había levantado primero y creado el mundo pues él debía ser el creador. Finalmente la creación del mundo queda como obra de los tres: Mbiracucha, cuyos nietos son los portugueses. Abaangui, cuyos nietos son los guarayos y Candir, cuyos nietos son lo negros. No se sabe de dónde salió Zaguaguazú pero queda considerado como el primer abuelo.
Cada uno tenía su mujer cuyo origen se ignora. Los cuatro se establecieron en diversos lugares y con sus propios descendientes. Uno de ellos tuvo dos hijos los cuales se convirtieron el uno el sol y el otro en luna.
El primer Abuelo creó el maíz, la yuca, el plátano, la caña de azúcar, etc. Un día ordena a su mujer preparar la chicha con maíz y yuca, la cual fermentada lo emborracha, en ese estado golpea a su mujer y declara como norma práctica a sus descendientes que golpeen a sus mujeres.
Después de algún tiempo los abuelos deciden partir a otros lugares. Mbiracucha se va al Brasil, Candir a otro lugar desconocido, Zaguaguazú se dirige al naciente donde reina la oscuridad. Mientras que Abaangui parte hacia el poniente donde edificará una hermosa ciudad para sus descendientes los guarayos después de haber cumplido su misión en esta vida.
Por esta razón cuando un guarayo muere tiene que pasar muchos sufrimientos y trabajos para llegar a la tierra prometida del Abuelo.
Para llegar a esa tierra, el alma del guarayo tiene que vencer 11 obstáculos o “trabajos de los guarayos para ir la tierra prometida del Abuelo” como le llaman los padres misioneros José Cors y José Cardús. Para ellos, la interpretación de dichos obstáculos no es más que simple trabajo sin sentido, sólo barbarie y perdición.
Sin embargo, el sociólogo Hugo Pereira Soruco, en su libro “Sociología de la historia del pueblo guarayo en su realidad actual” propone considerar como PROFECIAS de los patriarcas el trabajo de los guarayos hacia el Abuelo.